¿Ha llegado un nuevo gato a tu casa y quieres educarlo de la mejor manera posible para evitar comportamientos no deseados? Si es así estás de suerte porque en este artículo te vamos a contar cuáles son las claves para educar correctamente a tu felino, previniendo este tipo de conductas y haciendo que vuestra convivencia sea todavía mejor. Creer que tu gato es un perro Aunque pueda parecer obvio, muchos dueños de perros que acogen un gato intentan darles una educación idéntica a la de un can, sin tener en cuenta la naturaleza distinta de ambas especies. Los gatos suelen ser más independientes y autosuficientes, mientras que los perros tienen una naturaleza más gregaria habiéndose adaptado a una estructura jerárquica de manada, lo que favorece que vean a su propietario como un líder, haciendo que sean más obedientes y fieles. Es por esto que los gatos son menos sumisos y obedientes que los perros, hecho que debemos tener en cuenta en la crianza de nuestro felino. No prestarle la atención necesaria Es importante que no descuidemos nuestra relación con el gato, generando un vínculo entre nosotros y el felino y que este sienta nuestra presencia como algo positivo. Debemos prestarle atención, jugar con él y darle cariño para fortalecer los lazos entre ambos, lo que mejorará la conducta del animal. Ante comportamientos no deseados, hemos de corregir a nuestro felino en el mismo instante de la acción de forma clara y nunca infligiendo ningún tipo de castigo físico o violento. Aun así, debemos tener claro que es casi imposible adiestrar a un gato al mismo nivel que un perro, aunque sí podremos evitar conductas indeseadas (rascar muebles en lugar de su rascador, morder objetos y mobiliario, trepar por las cortinas, subirse a armarios, mesas, muebles), será difícil que nuestro felino alcance el nivel de adiestramiento de un can. No estimularlo lo suficiente Es importante que nuestro gato disponga de juguetes y elementos con los que interactuar cuando le apetezca y/o nosotros no estemos. La falta de elementos estimulantes provocará que se aburra y puede ser una fuente de estrés para el felino, que derivará en conductas inapropiadas. No acudir al veterinario Las revisiones veterinarias son un aspecto fundamental para mantener a cualquier animal sano y protegido, y los gatos no son una excepción. Gracias al poder de la Medicina Preventiva lograremos impedir la aparición de patologías graves y atajar otras en sus etapas iniciales, para favorecer la eficacia del tratamiento correspondiente. Además, es de suma importancia que nuestro felino siga un adecuado calendario de vacunación pautado por un veterinario para mantenerlo protegido frente a multitud de enfermedades muy peligrosas para su salud. Tampoco debemos olvidar las desparasitaciones periódicas que nos permitirán asegurarnos de que nuestro felino está libre de parásitos internos y externos, como, por ejemplo, los ácaros que tienden a proliferar en las orejas de los felinos. Regañarlo de forma incoherente Es importante que seamos consistentes en la educación de nuestro felino, especialmente desde cachorros con el fin de